El canto lírico se escribe con las formas actuales musicales que fueron adaptadas a nivel mundial a partir del siglo
XX y que comparten la misma notación gráfica.
El sistema musical está formado por siete notas que dan nombre
a los distintos sonidos, los cuales cada uno de ellos reciben el nombre de una
sílaba “do, re, mi, fa, sol, la, si”. Estos se escriben sobre un pentagrama: un
conjunto de cinco líneas paralelas superpuestas y cuatro espacios. Existen
también las líneas adicionales, que se colocan por encima o por debajo del
pentagrama para colocar en ellas notas que por ser demasiado agudas o graves no
caben en él. Hablando en los términos más básicos, en la segunda línea del
pentagrama se escribe la clave de sol, un signo que nos indica que la nota sol
se escribe en esa línea y nos ayuda a tomar un punto de referencia a la hora de
escribir o leer música. Existen otros
tipos de claves que se utilizan para escribir tesituras más graves o más agudas
como la clave Fa o la de Do en tercera línea.
Existen también las figuras musicales, que aportan duración a
las notas y sus correspondientes silencios, que no aportan sonido pero si
tienen duración. Aquí os presentamos una
imagen con ellas.
El pulso es una percusión rítmica y constante que tomamos
como unidad para hacer mediciones musicales, mientras que el compás es una entidad
métrica musical que está compuesta por varias unidades de tiempo o pulsos que
se organizan en partes fuertes o débiles (partes acentuadas y partes átonas). Existen compases binarios (dos partes),
ternarios (tres partes) y cuaternarios (cuatro partes).
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