El Canto Gregoriano tiene su origen en la antigua música eclesiástica, cantada en la liturgia del rito romano. Su nombre está relacionado con el que fue pontífice hacia el año 600 d.C Gregorio el Grande al cual también se le atribuye la composición de numerosas melodías. El conocimiento que poseemos de esta música a penas es profundo, no se encuentran rastros anteriores al siglo XI. Tiene influencias de la religión judía, términos como ‘’elevada’’ hasta su mayor grado de solemnidad, el diálogo de los clérigos o la vocalización. Constituye una fuente de inspiración para el libre desarrollo de la melodía y para la música occidental posterior.
El curso de la música religiosa en occidente estuvo poderosamente marcado por dos acontecimientos: La oposición de la Iglesia Católica Romana al uso de himnos en las liturgias y el cambio de la lengua, el paso del griego al latín, lo que supuso la traducción en el siglo IV d. C de todos los salmos.
Debido al machismo presente dentro del cristianismo, estos cantos solo estaban destinados a ser interpretados por hombres. Existían cantos especiales para que fueran interpretados por las religiosas, pero nunca durante la liturgia puesto que las mujeres debían guardar silencio durante el culto.
Desde el siglo XII se considera al canto gregoriano un canto llano puesto que constituye una base solida y plana para improvisar polifonías (conjunto de sonidos ejecutados simultáneamente, cada uno en su propia línea melódica, pero que se combinan entre sí). El nombre del canto llano está relacionado con la sencillez de su forma, ya que está música es la base y el origen de la posterior música polifónica, se le atribuyó este nombre para marcar la distinción entre ambas. A partir del siglo XIX se le volvió a llamar canto gregoriano ya que la Iglesia quería atribuirle prestigio, por ello eligieron el nombre del Papa Gregorio I.
Para muchos estudiosos de este género musical, el canto gregoriano constituye la columna vertebral de toda la música occidental y es lo que ha propiciado que tengamos compositores como Bach, Debussy o Manuel de Falla entre otros. Ha servido también como campo de experimentación y materia prima a todos los compositores. La cultura egipcia o griega destaca por sus esculturas, sus construcciones arquitectónicas, etc. pero la clave de la música, su origen, proviene del occidente, de ese canto gregoriano que nos ha permitido trabajar con los mecanismos y las formas actuales musicales que provienen de él.
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